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Channel: MITOLOGÍA DE LA SEXUALIDAD ESPECIAL
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Sobre procesos de psicosexuación en personas con diversidad intelectual.

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Fragmento del Material 
"CURSO: Orientar/ra en sexualidad y diversidad funcional". Módulo 3

"...se suele decir: “Cada nivel o grado de retardo mental, accederá a una parte del proceso de psicosexuación”. Entiéndase que cuando se menciona “grado de retardo mental”, se habla de personas, varones y mujeres con diversidad intelectual de diferentes características, a los que ancestralmente se les ha considerado asexuados, por no cumplir con los prerrequisitos de la sexualidad heteronormativa, genitalista y cientificista.

Así, aquellas personas (todos y todas ellas seres sexuales y sexuados, con o sin diversidad funcional), que no vivencian su sexualidad a través de éstas normas, quedan “desacatalogados” del panorama sexual.
Citemos un ejemplo: una joven con diversidad intelectual moderada, no busca tener con su novio una relación genital. Le apasiona darse besos, acariciarle el pelo, ir de la mano por la calle, algunas aproximaciones masturbatorias, etc. Estas manifestaciones, que no incluyen el coito, la reproducción y el matrimonio, han sido clasificadas como sexualidades de segunda calidad o infantiles.

Nosotras preferimos-optamos por aplicar a esta diversidad, el concepto inclusivo de SEXUALIDADES Y DIVERSIDADES, validando y propiciando todas y cada una de ellas.

Independientemente del nivel de desarrollo psicosexual al que acceda cada individuo, debemos revalorizar en todos los casos a la persona o pareja con DI, como seres sexuados como cualquier otro, con necesidades sexuales y afectivas, respetando sus espacios de intimidad; constituyendo la afectividad uno de los grandes canales por el que pueden expresarla, procurando que los miedos sociales no sean un obstáculo para su acceso..."





Mujeres con diversidad funcional: "Esterilizadas y sin derecho a opinar".

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Por: Carolina Gutiérrez Torres

Alirio Galvis y Astrid Pérez junto a su hija, María Valeria, de cinco años.   / David Campuzano - El Espectador
Alirio Galvis y Astrid Pérez junto a su hija, María Valeria.
David Campuzano - El Espectador
La práctica común de médicos que recomiendan esterilizar a mujeres con discapacidad “para prevenir las violaciones” y de las familias que lo hacen saltándose la ley.


A las 14 semanas de embarazo el médico les informó a Astrid Pérez y Alirio Galvis que su última ecografía había arrojado un “hallazgo” extraño. A las 17 semanas, después de un nuevo examen, les anunció que su hija nacería con síndrome de Down. A los seis meses de nacida la bebé, María Valeria, ya había sido sometida a cuatro cirugías por una malformación gastrointestinal cuando una genetista les recomendó que la llevaran al quirófano una vez más, para esterilizarla, argumentando que los niños en condición de discapacidad eran más vulnerables al abuso sexual. Esterilizarla para evitar que la violaran, quiso decir. Astrid y Alirio se opusieron. “En vez de castrarla para ‘prevenir’, ¿por qué no difundir la idea de que les brinden una educación sexual integral para que eso no pase?”, se pregunta Alirio desde de su casa en el norte de Bogotá.

María Valeria tiene hoy cinco años. Corre por la sala. Interrumpe a sus papás mientras están contando esta historia para preguntarles por el tío. Vuelve a su habitación a seguir jugando y entonces Alirio retoma la conversación para decir que haberla estilizado habría sido un ataque a la dignidad de su niña. “Si la esterilizamos sin su consentimiento, sólo por un temor infundado de que va a ser abusada, vamos a ir en contra sus derechos. Ella es cien por ciento humana. Tiene nuestros mismos derechos”, dice, y su esposa asiente tras cada palabra.

Ellos decidieron no hacerlo, pero muchos otros han dicho que sí. Por ese temor infundado. Porque creen que así podrán proteger a sus hijas. Han dicho que sí y se han amparado en las leyes colombianas que lo permiten. En este país es legal la esterilización de personas con discapacidades cognitivas “con el consentimiento informado de los representantes legales, previa autorización judicial”.

Si Alirio y Astrid hubieran seguido la recomendación de la genetista, habrían tenido que cumplir con tres requisitos para someter a su niña a la intervención. Primero, esperar a que cumpliera la mayoría de edad, ya que desde 2010 (Ley 1412) está prohibido realizar este procedimiento a los menores de edad “bajo ninguna circunstancia”.

Segundo, demostrar ante un juzgado, con un dictamen médico, que María Valeria era “incapaz absoluta”, ante lo cual el juez la habría declarado “interdicta”, lo que quiere decir que nada de lo que dijera o hiciera a partir de ese momento sería válido en el mundo jurídico. No podría decidir casarse, tener hijos, votar, arrendar una casa o conceder un testamento. No tendría voz. Y en cambio sus papás, o sus representantes legales, tomarían las decisiones por ella. Tercero, habrían tenido que contar con una autorización judicial.

El problema es que hay innumerables casos en los que esos requisitos no se cumplen. Y siguen existiendo profesionales, como aquella genetista, que recomiendan el procedimiento a menores de edad así la ley lo prohíba. Y siguen contándose los familiares que se saltan la ley para hacer de la esterilización el remedio contra la violación. Y siguen apareciendo órdenes de jueces, de defensores de familia e incluso de funcionarios de la Procuraduría exigiéndoles a instituciones como Profamilia que esterilicen a personas en condición de discapacidad, así no se cumplan las obligaciones que dicta la norma.

“Esto representa una esterilización forzada”, dice Beldys Hernández, abogada de Profamilia. Explica:“Así como tu EPS te receta un acetaminofén, aquí pasa igual con la ligadura de trompas. Nos llegan las órdenes sin importar si existe interdicción o algún documento que establezca oficialmente la incapacidad de la persona y que su responsable está autorizado por la ley”. Insiste: “Este es un método altamente restrictivo, definitivo... No se les está permitiendo a las personas con discapacidad hablar... Las seguimos segregando”.

A los cuatro meses de haber nacido Janeth Carolina Castro, su mamá, Gladys Monroy, escuchó decir a un médico y tres aprendices del Hospital San Ignacio de Bogotá:“Su hija tiene algo grave: su hija es mongólica”. Ella pidió que le explicaran qué significaba ser mongólica y los médicos respondieron “no va a aprender a hablar ni a caminar ni a hacer nada”. A los 13 años, la rectora del colegio le recomendó que esterilizara a la niña porque “con tantos peligros que había” era un riesgo que pudieran abusar de ella. Doña Gladys le hizo caso.

Janeth Carolina tiene hoy 30 años. Baila tango. Es novia de un excompañero del colegio llamado Julián. Hace unas semanas llegó de una conferencia de planificación diciéndole a su mamá que había terminado con él porque “si Julián me besa puedo quedar embarazada”. “Eso es imposible”, la tranquilizó doña Gladys. Cuenta que nunca le habló a su hija de la esterilización —ni de ningún tema de su sexualidad—, “porque en ese momento no podía entender nada. Inclusive ahorita casi ni lo entiende. Ellos son muy inocentes”. No le enseñó que con un beso no es posible quedar en embarazo, pero sí se preocupó porque aprendiera a montar en Transmilenio sola, a ser independiente, a sentirse cómoda en clases de natación, organeta y hasta karate, con otros niños que lucían diferentes a ella.

A lo largo de la conversación doña Gladys repite que cualquier decisión que haya tomado era para proteger a Janeth —lo hizo sin seguir ningún proceso legal—, y con la misma convicción están actuando quién sabe cuántos padres de familia que también aprendieron de un médico o un genetista el mito de que ser infértil es un antídoto contra la violación.

¿También subsistirán médicos que recomiendan la esterilización —o familiares que la promuevan— “pretendiendo mejorar la raza”? Ese ha sido un argumento histórico. Así lo cuenta la abogada Natalia Acevedo en su tesis de grado. Hace un repaso de la historia y cita el holocausto nazi, en el que las personas con discapacidad “encabezaban la lista de persecuciones”, y ese período en Estados Unidos, entre 1910 y 1980, en el que “se permitieron procedimientos de esterilización forzada de manera legal contra mujeres que tuvieran algún tipo de discapacidad cognitiva o fueran de raza negra”.

En unas semanas la Superintendencia de Salud publicará una circular que busca despejar dudas frente a este polémico tema. En ella dará instrucciones sobre cómo debe ser la atención en salud para las personas con discapacidad y hablará de la esterilización; sus recomendaciones irán en la misma dirección de lo que ha dicho la Corte Constitucional hasta hoy.

Enfatizará que las entidades que realicen estos procedimientos deben expedir un certificado médico“en el que conste que el estado de incapacidad de decisión y autonomía de la persona no tiene posibilidades de mejorar en el futuro”. Señalará que es innegociable la realización de este procedimiento sin cumplir con los requisitos legales. Dirá que los centros de salud que realicen esta intervención deben “proporcionar toda la información al paciente y a sus padres de todos los efectos de la cirugía a largo y corto plazo”.

Y aunque estas instrucciones darán mayor claridad, hay que decir que ni siquiera con ellas Colombia va a llegar a cumplir con la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, la que suscribió en 2009 (por medio de la Ley 1346) adquiriendo la obligación de actualizar su legislación. Según esta convención, las personas con discapacidad tienen derecho “a decidir libremente y de manera responsable el número de hijos que quieren tener”. Según este documento, “tienen derecho a mantener su fertilidad en igualdad de condiciones con las demás personas”.


Video de la campaña: "Tener derechos te cambia la vida"; Argentina


Libro: "Intersecciones. Cuerpos y Sexualidades en la Encrucijada"

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Lucas Platero; otrxs.
Ediciones Bellaterra
2012. Barcelona


«Intersecciones» es fruto de un diálogo colectivo sobre las sexualidades no normativas, que busca contribuir teóricamente a la discusión sobre cómo estudiar las experiencias complejas de las personas, ¿nos atraviesan algunas desigualdades, cuáles son?, ¿algunas son más importantes que otras?. ¿Cómo se articulan?.


Huyendo de la «anatomía del detalle» sobre cada fuente de desigualdad, se busca mostrar que las identidades y las experiencias de las personas son complejas y enmarañadas. Y para ello, se ofrecen herramientas teóricas como el análisis interseccional y el análisis crítico queer con el objeto de conocer mejor no solo las sexualidades consideradas como «abyectas» o «pertenecientes a los márgenes», sino también para señalar que todas las personas estamos atravesadas por complejas relaciones de poder y privilegio. Se traducen textos clásicos sobre la interseccionalidad, de Kimbele Williams Crenshaw y el Combahee River Collective. Además, se cuenta con el trabajo de autores clave del Estado español.
Lucas Platero

Este texto colectivo y polifónico trata de estudiar las experiencias complejas de las personas, como identidades y vivencias enmarañadas propias de nuestro tiempo. Abordar las aportaciones clave del feminismo Negro, así como las experiencias de los osos, personas LGTB con diversidad funcional, presos y presas gays, transexuales e intersexuales, migrantes LGTB en los CIEs, las mujeres de los Coros y Danzas, femmes y butches, gitanos gays, seropositivos, entre otros. Experiencias que a menudo han quedado invisibilizadas en un genérico ‘etcétera’, especialmente en contextos como el actual donde se fomenta la privatización y el retroceso de los derechos sexuales.

El video nos muestra una charla-presentación con lxs autorxs del libro; sobre el concepto de interseccionalidad y cómo nos servimos de él para estudiar sexualidades no normativas en el Estado español. 


                                                      


ENLACES:
Intersecciones: textos bastardos para visibilizar sexualidades no normativas



Olivier Fermariello: muestra fotográfica sexualidad y diversidad funcional.

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CHIARA TIENE UNA OSTEOGÉNESIS IMPERFECTA. 

LLEVA UNA RELACIÓN CON FABIO DE DOS AÑOS.

"Que una persona con discapacidad, pueda vivir pacíficamente su sexualidad no se da por sentado, incluso los obstáculos que hay que superar todavía son muchos. 
En un mundo adicto a la pornografía, paradójicamente; el cuerpo desnudo sigue siendo una forma eficaz de protesta. Me pregunté hasta qué punto una persona con discapacidad estaba dispuesta a ir en la dirección de una batalla contra el último tabú, en el ámbito de la discapacidad. Estas imágenes son la respuesta a mi pregunta."

Me pregunto hasta qué punto una persona con discapacidad esta dispuesto a ir en la dirección de una batalla contra el último tabú en el ámbito de la discapacidad. Estas imágenes son la respuesta a mi pregunta".

La obra de Olivier Fermariello se desarrolla en torno a la identidad, usando al retrato como medio de expresión. Algunas de sus imágenes pueden resultar algo crudas a primera vista; pero no se necesita leer la justificación de su obra, para entender lo que la imagen por si sola expresa.

Su objetivo es mantener una relación ambigua entre la distancia formal y la intimidad. 
Su proyecto lo llevó a ganar el concurso Leica Awards.





'Passing', diversidad sexual y funcional

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Fuente: Cascara amarga
Ver artículo original
Por:Eduardo Nabal


Pasing es el título de una añeja novela de Nella Larsen sobre una mujer afroamericana que, debido al pálido color de su piel, se hace pasar por blanca en una sociedad racista. Pero hoy también sirve para designar a la práctica de ocultar uno o varios aspectos de tu personalidad de cara a ser mejor aceptado por un modelo social. 


El problema es cuando esa actuación legítima se convierte en un problema. A partir de un interesante capítulo del libro Intersecciones (Raquel Lucas Platero) resurge un tema tan revenido y a la vez tan renovable como el del armario y sus implicaciones. Hace poco murió de cáncer Eve Kosofsky Sedgwick que nunca alcanzó la fama de Judith Butler o Susan Sontag pero que analizó, desde el punto de vista de la literatura, el tema de las relaciones complejas de la modernidad y el secreto. La gestión del silencio.

Tal vez por eso nos dejó a muchos tan mal cuerpo el primer visionado de Brokeback mountain al esperar algo sensual y atrevido y nos encontramos encontré con un filme sobre la gestión del silencio y la tensión entre espacios públicos y privados. Passing es el título de una novela breve y evocadora de Nella Larsen sobre una mujer de tez blanca pero origen afroamericano que trata de vivir como "blanca" en una sociedad racista. Es uno de los puntos de partida de la historia del "pasar por lo que no se es", hacerlo en aras del miedo o la posibilidad real o irreal de perder una serie de privilegios simbólicos o explícitos.

Y es que el problema es que una sociedad tan marcada por el capitalismo y el heterosexismo es difícil ser lo que uno es, sin remontarnos demasiado. Imaginemos a los atletas que no salen del armario en la olimpiada de Rusia. Lo que E. K. Sedgwick llamó "gestión del silencio" o "artes del cotilleo" es una de las cosas primordiales a las que se enfrentan gays, lesbianas o trans desde su infancia. La tensión entre la mentira y la verdad. Tal vez aceptando que ni una ni otra existen las cosas serían mas fáciles. Pero ese es otro asunto. Me interesa reflexionar aquí un poco sobre la sexualidad de las personas con diversidad funcional, los de las "Otras olimpiadas", las llamadas "Paraolimpiadas".


Divesidad funcional y sexual
Las de aquellas que en otro tiempo fueron llamadas minusválidos o discapacitados/as con toda la carga peyorativa o conmiserativa (cristianoide) del tema. Esas personas durante mucho tiempo han estado bajo la tutela de asociaciones vinculadas a la Iglesia. Nadie duda de la buena voluntad de algunas de las personas que las gestionan o trabajan en ellas. Igual que no todos los médicos o enfermeras que trabajen en un psiquiátrico, por muy perversa que nos parezca la institución de por sí, son iguales.

El problema es como el inmovilismo de todas estas instituciones que no han cambiado desde la Ilustración- La Iglesia, La Justicia, La Academia y la Medicina- produce efectos paradójicos en las vidas de gentes que se ven sometidas a un régimen difícil de comprender todo el tiempo. Así lo que para unos puede ser un acto de "cotilleo" para otros un detalle importante. Para lo que unos puede ser un gesto valiente para otros una decepción. De todas estas tensiones ha vivido la moderna y binaria construcción de la sexualidad. De todas estas paradojas se han alimentado novelas y ensayos, luchas y películas, batallas y conquistas. Lo que es indudable es que en estos tiempos permanecer en el armario es un gesto reaccionario por imposible. Es decir, si una persona en silla de ruedas no puede ocultar su condición de discapacitada mas que detrás de un chat, a lo mejor lo que esconde también es una pluma enorme.

Es decir que la gestión del silencio nunca es una decisión individual. En este sentido el armario es un espacio fascinante y a la vez asfixiante. Todos los días nos encontramos con gente que no sabemos si le importa o no nuestra orientación sexual. Y también todos los días con gente que la adivinará nada más vernos. En el caso de las personas con discapacidad la tutela familiar pero sobre todo médica ha llevado a situaciones de dependencia que conllevaban la pérdida de una serie de privilegios comunes: y uno de los más marcados es el de la sexualidad.

Si las personas con diversidad funcional luchan todavía contra el paternalismo de las instituciones o la complicidad de sus "iguales" con un sistema más o menos represivo, el tema se acrecienta cuando se enfrentan a revelar o no su verdadera sexualidad o identidad de género. Aquí es donde comienza una batalla que será de las mas importantes de nuestro tiempo. La batalla por la subjetividad. Hay personas negras que pueden ser muy felices en su condición y otras que prefieran que la gente lo sepa cuando no queda otro remedio. También hay ricos que se pavonean de serlo y otros que al contrario, también tratan de enmascarar su clase social. Máxime en una sociedad de continuos cambios, límites y contrastes. Hay personas que viven en la pobreza pero que nunca renunciarían a una imagen corporal deseable y otras que desde la abundancia no se preoupan de su aspecto físico.

Es curioso como a veces el talento o la excepcionalidad se plantea como garantía de aceptación y eso es terriblemente peligroso. Campañas como aquellas en las que salían Oscar Wilde, Matir Luther King o Stephen Hawkins ponen un obstáculo mas que salvan la diversidad social. Ya que hacen un llamamiento a la excepcionalidad. Igual que los gitanos excepcionales pueden invisibilizar a la comunidad. Estamos llenos de espejos deformantes. Algunos (como los asesinatos en Rusia) invitan a reivindicar la hiperidentidad mientras que otros invitan a cambiar de canal (como algunas pelis de tema LGTB que nos tragamos a pesar de su ínfima calidad).
El problema es que las crisis económicas o las estafas a gran escala hacen todavía mas profunda esa brecha entre lo privado y lo público. Hacen que cosas que antes eran derechos ahora parezcan caprichos y ese discurso también es peligroso. Los que votaron a los que ahora hacen con impunidad el saludo fascista (cuando un jugador italiano fue expulsado del equipo sin saberlo) han dejado de ser inocentes. Han pasado al colaboracionismo. Vivimos en un mundo saturado de plataformas de información pero mucha mala información. Pero como dice Platero en su libro (junto a otros autores) la postura más inteligente es ver estos condicionamientos (por tu físico, tu edad, su raza, tu diversidad funcional, tu sexualidad o tu clase social) como espacios de posibilidad y cambio.

Como decía Audre Lorde "La diferencia no debe ser simplemente tolerada sino que debe ser el fundamento de las polaridades que hagan saltar la chispa de nuestra creatividad".

La Negociación de la Sexualidad en la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad*

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1 Antecedentes
El 3 de mayo de 2008, entró en vigencia la Convención de Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad ( UNITED NATIONS, 2011a). Primer instrumento vinculante específico sobre las personas con discapacidad (PcD), la Convención detalla de qué manera los derechos ya consagrados en el derecho internacional de los derechos humanos se aplican a las PcD y hace referencia a las áreas en las que se requieren esfuerzos especiales.

La Convención enumera varios derechos que se relacionan directamente con la sexualidad, incluyendo el derecho a la salud; el derecho a la libertad y seguridad de la persona; la protección contra la explotación, la violencia y el abuso; y el respeto del hogar y de la familia. También contiene un artículo específicamente referido a las mujeres con discapacidad y otro que llama a la toma de conciencia para combatir la estigmatización ( UNITED NATIONS, 2006a ). Sin embargo, los derechos relacionados con la sexualidad en la Convención que se adoptó son mucho menos explícitos y afirmativos que los incluidos en el borrador inicial, tal como se muestra en el Anexo 1 de este trabajo.

¿Qué fue lo que ocurrió? Como ejemplo de lo que Michel Foucault llamaba “puesta en discurso” (mise en discours) ( FOUCAULT, 1984, p. 299), las negociaciones del Comité Ad Hoc arrojan luz sobre las ideas imperantes acerca de la sexualidad en las personas con discapacidad y de la sexualidad en general. Mientras que los teóricos y activistas de la discapacidad proclaman cada vez más la importancia de reconocer y apoyar la sexualidad en las personas con discapacidad, el discurso producido por el Comité Ad Hoc refleja la pertinencia de las afirmaciones de Foucault en el sentido de que la “anormalidad” y la sexualidad están ambas sujetas a la “gubernamentalidad” ( FOUCAULT, 1984, p. 338).

2. Foucault, discursos y gubernamentalidad
Foucault describió los discursos como “técnicas polimórficas del poder” que “producen” efectos de verdad ( FOUCAULT, 1984, p. 60, 298). En otras palabras, la maquinaria del poder da forma a paradigmas y reglas sociales que fijan los límites del comportamiento humano e incluso de la realidad. Tales discursos no necesitan ser explícitos; los silencios también tienen poder. “El silencio mismo, lo que uno se niega a decir o tiene prohibido nombrar..., es menos el límite absoluto del discurso...que...una parte esencial de las estrategias que subyacen a los discursos y los impregnan” (FOUCAULT, 1984, p. 300). Así, el no reconocer la sexualidad en las personas con discapacidad es una forma de regularla.

Como atributo del cuerpo que se cruza con el control de la población, la sexualidad se convirtió en un tema particular de la gubernamentalidad en la Europa Occidental del siglo XIX. El sexo “requería de procedimientos de gestión, tenía que ser tomado a cargo por los discursos analíticos” ( FOUCAULT, 1984, p. 316, 307). La Iglesia desempeña un papel particularmente prominente en el análisis que hace Foucault del discurso y la sexualidad; “la pastoral Cristiana también buscó producir efectos específicos sobre el deseo, por el mero hecho de transformarlo –plena y deliberadamente- en discurso: efectos de dominio y desapego, por cierto, pero también un efecto de reconversión espiritual” ( Foucault , 1984, p. 306). Del mismo modo, su concepto de “biopoder” explica cómo el estado, respaldado por los discursos científicos, “llevó a la vida y sus mecanismos al ámbito de los cálculos explícitos y convirtió al saber-poder en agente de la transformación de la vida humana” ( FOUCAULT, 1984, p. 17).

Las ideas de Foucault sobre los discursos, el biopoder y el papel de la Iglesia arrojaron luz sobre la evolución de la teoría de la discapacidad y sobre las negociaciones relativas a la sexualidad en la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad.

3. Discursos imperantes sobre la sexualidad en las personas con discapacidad
En el presente artículo se usa el término general “discapacidad”. Si bien el término oculta la heterogeneidad, es reflejo de su uso en muchos de los discursos que se examinan en este trabajo. Cuando resulta pertinente, se hacen las distinciones correspondientes. Los términos “estudios sobre discapacidad” y “teoría de la discapacidad” se refieren a un área de la investigación teórica compuesta por académicos y activistas, muchos de los cuales tienen discapacidades. Una parte importante de su trabajo se refiere explícitamente a discapacidades tanto físicas como mentales. Sin embargo, la mayoría de estos teóricos con discapacidades tienen discapacidades físicas a diferencia de mentales, y por lo tanto gran parte de su trabajo se concentra en el embodiment (corporización). Asimismo, es importante observar que si bien la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad es un tratado mundial, gran parte de la teoría de la discapacidad que es visible en la academia o en Internet fue desarrollada por personas del norte global. Muy pocas veces se escuchan voces del sur, sobre todo en el contexto de la sexualidad.

La sexualidad era un tema periférico de los estudios sobre discapacidad hasta hace aproximadamente veinte años, y sigue siendo insuficientemente abordado fuera de los estudios sobre discapacidad, y en programas y políticas sociales ( SHILDRICK, 2007; RICHARDSON, 2000; TEPPER, 2000). Hubo y hay dos excepciones notables. Fuera del campo de los estudios sobre discapacidad, se invoca la sexualidad con mayor frecuencia: 1) cuando la sexualidad en las personas con discapacidad se percibe como amenaza a otros a través de la supuesta expresión de una hipersexualidad o agresión, o por lo menos como atributo perturbador de personas percibidas como asexuadas (o forzadas a serlo) (SHILDRICK, 2007; TEPPER, 2000; LEYDEN, 2007); y 2) cuando las PcD, en particular mujeres y niños, son descriptas como personas que requieren de una forma especial de protección contra el abuso o la explotación sexual.

La amenaza que se percibe como proveniente de la sexualidad en las personas con discapacidad se relaciona en parte con su posible desafío a la norma monógama, heterosexual y orientada a la reproducción ( TEPPER, 2000). Ciertas personas no pueden experimentar una sexualidad “normal” debido a una diferencia encarnada, como la falta de sensación genital, la infertilidad o la necesidad de una tercera persona para facilitar el contacto íntimo (SHILDRICK, 2009). La sexualidad del hombre con discapacidad física plantea un desafío especial a los discursos normativos dado que la sexualidad masculina se entiende tradicionalmente como una experiencia dominante y falocéntrica (SHAKESPEARE, 1999). Un hombre con una discapacidad física teniendo relaciones sexuales resulta incoherente con el discurso de género de la virilidad masculina ( HAHN, 1994).

Las referencias a la necesidad de las mujeres y niños con discapacidad de contar con protección especial contra el abuso sexual ciertamente tienen su justificación ( FIDUCCIA; WOLFE, 1999; SHUTTLEWORTH, 2007). Sin embargo, como uno de los pocos discursos visibles sobre la sexualidad de la mujer con discapacidad, estas referencias refuerzan las normas sobre femineidad y discapacidad que describen a las mujeres con discapacidad (McD) como vulnerables, sexualmente pasivas o asexuadas y dependientes ( SHAKESPEARE, 1999; LYDEN, 2007). Asimismo, el discurso de la protección sexual es en realidad un discurso de género; la vulnerabilidad al abuso sexual del hombre se invoca con mucha menor frecuencia.

La preocupación por el abuso y el temor a la sexualidad en las personas con discapacidad encuentran su intersección en el control de la reproducción. A menudo la fertilidad de las McD se ve proscripta mediante esterilizaciones o abortos forzados o realizados bajo coacción ( GIAMI, 1998; EUROPEAN DISABILITY FORUM, 2009; UNITED NATIONS, 2009 ). Esta práctica generalizada y de larga data a menudo se realiza ostensiblemente para proteger a las mujeres de un embarazo que podría provenir de un abuso sexual, o del crimen de honor al que podría conducir un embarazo. En muchos países, la ley les permite a los padres someter a un/una menor a estos procedimientos sin su consentimiento ( UNITED NATIONS, 1999, para. 447; NSW DISABILITY DISCRIMINATION LEGAL CENTRE, 2009; FIDUCCIA; WOLFE, 1999 ).

4. La sexualidad en la teoría de la discapacidad
Históricamente, la teoría de la discapacidad (que es un campo relativamente nuevo) no ha abordado la sexualidad, salvo para ocuparse selectivamente de los temas arriba mencionados. Los teóricos y activistas han refutado el discurso hegemónico de la hipersexualidad, aunque muy pocas veces se han ocupado del falso supuesto de la asexualidad. También han procurado proteger a las PcD, en particular a las mujeres, de las esterilizaciones o abortos forzosos o bajo coacción ( FIDUCCIA; WOLFE, 1999 ). Sin embargo, no se hablaba de la sexualidad afirmativa ni de los derechos sexuales. Es probable que el silencio haya persistido porque la sexualidad era percibida como un deseo y no como una verdadera necesidad. Había otras prioridades más acuciantes en la actividad de promoción y defensa (SHUTTLEWORTH, 2007; SHAKESPEARE, 2000 ). Asimismo, la sexualidad había sido un área de “disgusto, exclusión y duda de uno mismo durante tanto tiempo que a veces resultaba más fácil no considerarla que abordar algo de lo que tantos quedaban excluidos” (SHAKESPEARE, 2000, p. 160 ).

En los últimos 20 años, este silencio se fue rompiendo; los teóricos y activistas hacen esfuerzos conscientes por socavar el poder del silencio discursivo (TEPPER, 2000; SHUTTLEWORTH; MONA, 2000 ). Las distintas vertientes teóricas de los estudios sobre discapacidad tratan cada vez más el tema de la sexualidad ( RICHARDSON, 2000; TEPPER, 2000; SHUTTLEWORTH, 2007; FIDUCCIA; WOLFE, 1999 ). Este cambio es reflejo de tendencias más generales en el campo emergente de los derechos sexuales, como así también del creciente reconocimiento de la centralidad de la sexualidad en la lucha por la igualdad:

Siempre supuse que las campañas más urgentes por los derechos civiles de las personas con discapacidad eran aquéllas que estamos llevando adelante hoy: empleo, educación, vivienda, transporte, etc. ... Por primera vez estoy empezando a creer que la sexualidad, el área que está por encima de todas las demás y que ha sido soslayada, se encuentra en el núcleo central de todo aquello por lo que trabajamos... Uno no puede acercarse más a la esencia del yo o de la convivencia entre personas que con la sexualidad, ¿no es cierto? (Según se cita en SHAKESPEARE, 2000, p. 165).

Informados en parte por la crítica del biopoder de Foucault, los teóricos de la discapacidad critican lo que llaman el modelo médico o individual: un paradigma de la discapacidad que se concentra en el cuerpo individual y en las limitaciones impuestas por la deficiencia física o mental. Las manifestaciones sociales y programáticas del modelo médico incluyen la rehabilitación física y la primacía del poder profesional (médico) (SODER, 2009, p. 68). Al ubicar el daño en las representaciones discursivas de la discapacidad y no en la deficiencia misma, los activistas y teóricos han procurado reemplazar el modelo médico con el modelo social. El modelo social hace una distinción entre deficiencia y discapacidad. La deficiencia es una disfunción física o mental, mientras que la discapacidad es la suposición socialmente construida de la incapacidad que surge de una sociedad opresora y discriminatoria (SHILDRICK, 2009; SODER, 2009; SHAKESPEARE, 1999; HAHN, 1994). En esta concepción, lo que subyace al estigma y el daño que afecta a las PcD es la construcción social de la discapacidad y no las deficiencias mismas.

Sin embargo, en los últimos varios años, algunos teóricos han cuestionado el modelo social, con el argumento de que es retrógrado y no otorga la debida importancia al embodiment . Estas críticas están impulsadas en parte por la creciente atención a la sexualidad y a aportes teóricos del feminismo y la teoría queer . Algunos argumentan que se debería “volver a incorporar al cuerpo” al pensamiento sobre la discapacidad; la deficiencia puede limitar el relacionamiento sexual de manera profunda y eso es algo que debe ser reconocido y debatido (SODER, 2009; SHILDRICK, 2009 ). Desestimar el cuerpo al hacer un análisis social equivalía, en el lenguaje feminista, a descuidar la relación entre las esferas pública y privada ( SHAKESPEARE, 1999 ).

Este cambio conceptual se relaciona con el desarrollo en paralelo de nociones de ciudadanía sexual y su aplicación directa a las PcD. Las reivindicaciones de la ciudadanía sexual pueden agruparse a grosso modo en dos categorías: 1) reclamos de “tolerancia hacia las identidades diversas” y 2) “cultivo e integración activa de dichas identidades” (RICHARDSON, 2000, p. 122 ). La primera categoría describe campañas para la autodefinición y el derecho de existir como minoría. La segunda es más amplia y exige las condiciones habilitantes de la diversidad sexual y la “participación sexual” para las personas y grupos previamente estigmatizados. Los teóricos y los activistas de la discapacidad hacen tales reivindicaciones y algunos afirman que la experiencia del placer es un tema de accesibilidad (TEPPER, 2000; SHUTTLEWORTH, 2007). La participación sexual para las PcD puede exigir ir más allá de las concepciones imperantes de la sexualidad. Reflejando el cuestionamiento que la teoría queer hace de las concepciones taxonómicas de la sexualidad, Tom Shakespeare, uno de los teóricos más prolíficos de sexualidad en las personas con discapacidad, se pregunta: “¿Estamos tratando de lograr el acceso de las personas con discapacidad a la sexualidad según las corrientes dominantes o de cambiar la forma en que se concibe la sexualidad?” (SHAKESPEARE, 2000, p. 163 ). Reconocer la importancia del cuerpo y convertirlo en sujeto de los reclamos de ciudadanía sexual no refuerza el enfoque médico hacia la discapacidad sino que lleva las concepciones de la sexualidad y la ciudadanía sexual más allá de las categorías actuales.

Estas evoluciones teóricas se reflejan en las actividades de promoción y defensa de las organizaciones que trabajan por los derechos de las personas con discapacidad y de aquellas que se ocupan de los derechos sexuales. Por ejemplo, la Asociación Irlandesa de Planificación Familiar (Irish Family Planning Association–IFPA) y el Centro de Derechos Reproductivos (Center for Reproductive Rights–CRR), que tiene sede en Estados Unidos, emitieron recientemente documentos informativos sobre el tema: la IFPA sobre sexualidad y discapacidad, y el CRR sobre derechos reproductivos de las mujeres con discapacidad (Irish Family Planning Association, sin fecha; Center for Reproductive Rights, 2002). Estos esfuerzos abarcan discapacidades físicas y mentales. La Asociación Americana de Discapacidades Intelectuales y del Desarrollo (American Association on Intellectual and Developmental Disabilities) declaró hace poco tiempo que “las personas con un retraso mental y discapacidades del desarrollo relacionadas, al igual que todas las personas, tienen derechos sexuales inherentes y necesidades humanas básicas” (según se cita en: LYDEN, 2007, p. 4 ).

Las actividades de promoción y defensa han producido algunos cambios en las políticas. Por ejemplo, en los Países Bajos, Dinamarca y partes de Australia, el uso de trabajadores sexuales entrenados y de asistentes sexuales está subsidiado por el estado ( SHILDRICK, 2009, p. 61).


5 La sexualidad en el derecho internacional de los derechos humanos
Las convenciones y declaraciones2 son negociadas por los Estados miembro de Naciones Unidas, y las personas y las ONG pueden tener el derecho de hacer propuestas y expresar sus opiniones. La primera declaración sobre los derechos humanos de Naciones Unidas, la Declaración Universal de Derechos Humanos, y los posteriores tratados de derechos humanos abordan varios ámbitos relacionados con la sexualidad, incluyendo el rol de la familia, el matrimonio, la integridad corporal y la igualdad entre los sexos ( GIRARD, 2008). Sin embargo, antes de 1993, nunca habían aparecido los términos “sexual” o “sexualidad” en un documento internacional intergubernamental, salvo en un artículo de la Convención sobre los Derechos del Niño, que establece la protección contra la explotación y el abuso sexuales (PETCHESKY, 2000).

La sexualidad comenzó a tratarse inicialmente en el contexto de la salud reproductiva. Ningún documento de Naciones Unidas hacía mención explícita de los derechos reproductivos hasta la Conferencia Internacional de Derechos Humanos que tuvo lugar en Teherán en 1968 (FREEDMAN; ISSACS, 1993), cuya declaración final incluía un punto que decía: “Los padres tienen el derecho humano fundamental de determinar libremente el número de sus hijos y el intervalo de sus nacimientos” (UNITED NATIONS, 1968). El derecho de las mujeres (a diferencia de los padres) de decidir la cantidad de hijos y el intervalo entre sus nacimientos fue consagrado en la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Contra la Mujer, de 1979 (FREEDMAN; ISSACS, 1993). Los activistas procuraron ampliar la definición de derechos reproductivos para incluir los derechos relacionados con la sexualidad en la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo celebrada en El Cairo en 1994 y en la Conferencia Internacional sobre la Mujer que tuvo lugar en Beijing en 1995 (GIRARD, 2008). Como resultado de las actividades de promoción transnacionales y del cambio en la percepción del rol de la mujer, entre otros factores, las declaraciones finales de estas dos conferencias representaron un cambio de paradigmas. La autonomía reproductiva fue reestructurada como objetivo, a diferencia de las anteriores orientaciones de control o promoción poblacional. (GRUSKIN, 2008; GREER et al., 2009; GIRARD, 2008). La declaración final de la Conferencia Internacional sobre la Mujer establece:

Los derechos humanos de la mujer incluyen su derecho a tener control sobre las cuestiones relativas a su sexualidad, incluida su salud sexual y reproductiva, y decidir libremente respecto de esas cuestiones, sin verse sujeta a la coerción, la discriminación y la violencia. Las relaciones igualitarias entre la mujer y el hombre respecto de las relaciones sexuales (…) exigen el respeto y el consentimiento recíproco y la voluntad de asumir conjuntamente la responsabilidad de las consecuencias del comportamiento sexual.
(UNITED NATIONS, 1995, párr. 96)

También se ha comenzado a debatir en los foros de Naciones Unidas la protección contra la discriminación basada en la orientación sexual y la identidad de género, aunque hasta el momento se ha hecho poca referencia al tema en los documentos finales.

Los activistas incluyen cada vez más a los derechos sexuales y reproductivos y a la no discriminación sobre la base de la orientación sexual en el concepto de derechos sexuales, que se desarrolla en paralelo con los conceptos de ciudadanía sexual. Los derechos sexuales aúnan las actividades de promoción relacionadas con la violencia sexual contra las mujeres; los derechos reproductivos; los derechos de lesbianas, bisexuales, gays y transexuales; y el VIH/SIDA, entre otras áreas (MILLER, 2009). Sin embargo, el concepto abarcador de derechos sexuales sigue sin estar suficientemente desarrollado, con “desarticulaciones predecibles” “que limitan la evolución de posturas políticas coherentes y progresistas en esta área” ( MILLER, 2009, p. 1 ). La falta de coherencia hace que los derechos sexuales –como así también los elementos constituyentes que se agrupan bajo este término- sean más vulnerables a una oposición poderosa.

De hecho, las fuerzas conservadoras interponen muchos obstáculos a la inclusión de los derechos sexuales en los documentos de Naciones Unidas. Durante las negociaciones, la Santa Sede propuso sistemáticamente definiciones conservadoras de familia y procuró limitar el desacoplamiento de la reproducción y la unidad familiar (GIRARD, 2008). La Santa Sede y sus aliados conservadores (en general varios países latinoamericanos e islámicos y algunas ONG) afirman que los derechos sexuales socavarían las relaciones familiares y las identidades nacionales, étnicas o religiosas (KLUGMAN, 2000; FREEDMAN, 1995). En momentos de debate acalorado, hubo delegados que declararon que el término “derechos sexuales” implica promiscuidad y el derecho a tener relaciones sexuales con quien a uno se le ocurra, incluyendo niños y animales (KLUGMAN, 2000). La Santa Sede y otros también sostienen que afirmar los derechos sexuales implicaría crear derechos nuevos, a diferencia de aplicar las normas de derechos humanos al ámbito de la sexualidad. Este argumento es bastante débil, dado que uno de los objetivos explícitos de la conferencia de El Cairo, por ejemplo, era aplicar los principios de los derechos humanos a la reproducción, y no crear “derechos nuevos” (KLUGMAN, 2000).

6. La negociación de la sexualidad en la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad
La Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad se negoció entre 2002 y 2006. La Santa Sede y otros exigían las mismas limitaciones a los derechos sexuales que habían exigido en negociaciones anteriores. Sin embargo, estos debates de a ratos eran cualitativamente diferentes de las deliberaciones que tuvieron lugar en El Cairo y Beijing. La preocupación generalizada por las medidas eugenésicas y la centralidad del cuerpo en las concepciones de la discapacidad dieron forma al debate.

El presidente Vicente Fox de México propuso un tratado integral sobre los derechos de las personas con discapacidad en el 56 º Período de Sesiones de la Asamblea General de 2001 ( UNITED NATIONS, 2003a ). El tratado sería un correlato vinculante que seguiría a las Normas Uniformes sobre la Igualdad de Oportunidades para las Personas con Discapacidad, resolución adoptada por la Asamblea General en 1993 ( UNITED NATIONS, 1993 ). El tratado se negoció en 7 períodos de sesiones de un Comité Ad Hoc compuesto por delegados de los gobiernos y de ONG con estatus consultivo ante el Consejo Económico y Social de Naciones Unidas. Los borradores iniciales fueron preparados por un Grupo de Trabajo formado por 27 gobiernos, 12 ONG y 1 representante de instituciones nacionales de derechos humanos.

El siguiente análisis se basa en una cuidadosa lectura de los resúmenes de las reuniones del Comité Ad Hoc , de los documentos con las posturas de los países y de las ONG, y del borrador surgido de las consultas intergubernamentales regionales. Sin embargo, dado el volumen de la documentación, se hizo una búsqueda para identificar el texto pertinente. Las palabras buscadas fueron “sex”, “repro”, “íntima/o”, “personal” y “fertilidad”. Asimismo, se leyeron en su totalidad los resúmenes de los debates sobre los artículos pertinentes, incluyendo los artículos relacionados con el matrimonio y la vida familiar; la privacidad; la toma de conciencia; la salud; y la protección contra la explotación, la violencia y el abuso. También se leyeron las propuestas para integrar al género en las corrientes principales. Para subrayar aún más el hecho de que la sexualidad en las personas con discapacidad sigue siendo un tema insuficientemente abordado, vale destacar que no se identificaron en la Convención documentos revisados por pares u otros relativos a la sexualidad.

Lo que se expone a continuación no es un análisis exhaustivo de las negociaciones relacionadas con la sexualidad; no se tratan las deliberaciones abreviadas acerca de la no discriminación sobre la base de la orientación sexual y otras cuestiones. Sin embargo, se exponen los temas más debatidos sobre los derechos sexuales.

6.1 Protección contra la explotación, la violencia y el abuso
En los documentos emanados de las consultas regionales iniciales, se mencionaba la sexualidad casi exclusivamente en el contexto del abuso sexual y la esterilización forzada; de hecho, se presentaba a la vulnerabilidad sexual como un área central que requería de una mayor protección. Por ejemplo, el párrafo introductorio de un resumen surgido de una reunión de expertos en Bangkok decía que “las personas con discapacidad de todo el mundo están sometidas a la violación generalizada de sus derechos humanos. Dichas violaciones incluyen la desnutrición, la esterilización forzada, la explotación sexual” ( UNITED NATIONS, 2003b). Los aportes de las ONG tenían un enfoque similar. El primer aporte de la Red de Usuarios y Sobrevivientes de la Psiquiatría sobre el artículo relativo a la vida familiar mencionaba únicamente el derecho a la protección contra la agresión sexual (en el área de la sexualidad) ( UNITED NATIONS, 2004d). Treinta y cinco participantes de delegaciones gubernamentales y no gubernamentales presentaron una propuesta conjunta en el primer período de sesiones acerca de cómo integrar “las áreas de preocupación sensibles desde el punto de vista del género”. Una vez más, en relación con la sexualidad, se concentraban enteramente en la vulnerabilidad frente a la agresión sexual. De hecho, hubo muy pocos debates más sobre sexualidad en el primer período de sesiones del comité. No surgió como tema controvertido hasta más avanzada la negociación.

Las referencias al abuso sexual en la Convención no fueron controvertidas, aunque en definitiva no se mantuvieron en esos términos. Esto probablemente se debió a los debates semi paralelos sobre el desarrollo de un artículo específicamente referido a las mujeres y los niños. Muchos de los mismos temas estaban incluidos en ese borrador, aunque en un lenguaje un tanto diferente. Asimismo, la esterilización forzada, una prioridad ampliamente compartida, fue tratada en el artículo relacionado con el respeto por el hogar y la familia. En todo caso, como se verá más adelante, el concepto de la protección fue un leitmotif de las negociaciones relacionadas con la sexualidad; algunos delegados invocaban la necesidad de protección al oponerse a cualquier mención de la sexualidad.

6.2 Derecho a la salud
El borrador inicial preparado por el Grupo de Trabajo incluía un “derecho a los servicios de salud sexual y reproductiva”. La formulación derivaba en parte de las Normas Uniformes, que estipulaban que “[l] as personas con discapacidad deben tener el mismo acceso que las demás a los métodos de planificación de la familia, así como a información accesible sobre el funcionamiento sexual de su cuerpo” ( UNITED NATIONS, 2003a).

La Santa Sede objetó el término “servicios de salud sexual y reproductiva” desde el momento de su introducción ( UNITED NATIONS, 2004b). Las respuestas de las ONG fueron más lentas. El presidente del Comité solicitó comentarios de las ONG el día en que se presentó el borrador. Varios organismos hicieron sus comentarios, entre ellos, Rehabilitation International, la Red Mundial de Usuarios y Sobrevivientes de la Psiquiatría, Handicap International, Save the Children, la OMS, y un consorcio de instituciones nacionales de derechos humanos. No mencionaron los servicios de salud sexual y reproductiva. Sólo una ONG comentó sobre este aspecto: National Right to Life. Dijeron que mencionar explícitamente la salud sexual y reproductiva limitaría necesariamente el alcance del derecho a la salud, y “promovería el uso de los análisis genéticos para abortar embarazos de bebés con discapacidad”. En su lugar, propusieron un texto que proscribía la “denegación de tratamiento médico, alimentos o líquidos” ( UNITED NATIONS, 2004b).

Las ONG que no formaban parte de la alianza pro-vida estaban evidentemente mal preparadas para participar del debate. Abogaron por mantener el texto en reuniones posteriores, aunque no extensivamente, y claramente carecían de la organización con que contaba la coalición del derecho a la vida. De hecho, el mensaje sobre el derecho a la vida se fusionó en reuniones posteriores, con muchas ONG que opinaban que la frase podría significar “aborto y eutanasia”, incluso para los bebés neonatos, y varias que vinculaban el debate a la denegación de alimento y agua a las PcD ( UNITED NATIONS, 2005d). Hubo delegaciones gubernamentales que también presentaron este argumento, aunque hablaron sólo de aborto, no de eutanasia. Qatar, Irán, Kenia, Jamaica, Yemen, Siria, Paquistán, Sudán, Baréin, Kuwait, Omán y los Emiratos Árabes Unidos instaron a cortar el texto, argumentando que crearía un nuevo derecho, que podría llegar a incluir el derecho al aborto. Se dijo que el término “servicios” en particular funcionaba como código para la inclusión del aborto ( UNITED NATIONS, 2005b, 2005d, 2006c). Estados Unidos también apoyó la eliminación del texto con el argumento de que incluirlo pondría de algún modo en peligro a las PcD, y explicó que apoyaba la eliminación del texto dada la historia de la fertilización forzada de PcD en Estados Unidos ( UNITED NATIONS, 2006d).

Varias ONG que no se encontraban presentes físicamente en las negociaciones presentaron comentarios en el sentido de que era importante mantener el texto. Argumentaron principalmente que era importante hacer mención explícita de la salud sexual y reproductiva porque las PcD a menudo carecían de acceso debido a la percepción persistente de que eran asexuadas ( UNITED NATIONS, 2005a, 2006c ). Varias delegaciones de países se expresaron a favor del texto en el séptimo período de sesiones, entre ellos, Brasil, Canadá, Croacia, Etiopía, Mali, Noruega, Uganda y la Unión Europea (UE) ( UNITED NATIONS, 2006d ). La UE sostuvo que los servicios de salud sexual y reproductiva no incluyen el aborto, una aseveración que contó con el apoyo por escrito del Consejo de Europa, la OMS, y el Relator Especial sobre el Derecho a la Salud ( UNITED NATIONS, 2006d, 2006e ). Los delegados se fueron frustrando con el estancamiento del debate y, en un acto atípico, el presidente del comité intervino para declarar que los servicios de salud sexual y reproductiva no incluyen el aborto, y que la frase “servicios de salud” figura tanto en la Convención Internacional sobre la Protección de los Derechos de Todos los Trabajadores Migratorios y de sus Familiares como en la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Contra la Mujer ( UNITED NATIONS, 2006e ).

Uruguay y Costa Rica y más tarde varios otros países se unieron en torno a la propuesta de mantener la frase “sexual y reproductiva” pero eliminar el término “servicios”, que fue la formulación finalmente adoptada. ( UNITED NATIONS, 2006d ). A pesar de esta solución de compromiso, varios países firmaron el tratado con las reservas correspondientes. El Salvador estipuló que firmaba la Convención en la medida en que no violara su constitución ( UNITED NATIONS, 2011b ), que establece que la vida comienza al momento de la concepción ( CENTER FOR REPRODUCTIVE RIGHTS, 2003 ). Varios países de la UE expresaron formalmente su oposición a la reserva de El Salvador. Malta hizo la siguiente declaración interpretativa: “Malta entiende que la frase “salud sexual y reproductiva” del artículo 25 (a) de la Convención no constituye el reconocimiento de ninguna nueva obligación legal internacional, no crea derechos al aborto, y no puede interpretarse que constituya apoyo, aval o promoción del aborto” ( UNITED NATIONS, 2011b ). Mónaco y Polonia hicieron declaraciones interpretativas similares ( UNITED NATIONS, 2011b ).

6.3 El matrimonio y la vida familiar y la toma de conciencia
El debate relacionado con la sexualidad en estos artículos fue aún más contencioso y moribundo que las negociaciones por el derecho a la vida. Como puede observarse en el Anexo 1, el texto inicial de ambos artículos hacía varias referencias a la sexualidad. Una vez más, el texto propuesto era similar al de las Normas Uniformes, que especifican:

• Los Estados deben promover la plena participación de las personas con discapacidad en la vida en familia. Deben promover su derecho a la integridad personal y velar por que la legislación no establezca discriminaciones contra las personas con discapacidad en lo que se refiere a las relaciones sexuales, el matrimonio y la procreación.

• Las personas con discapacidad no deben ser privadas de la oportunidad de experimentar su sexualidad, tener relaciones sexuales o tener hijos.

• Los Estados deben promover medidas encaminadas a modificar las actitudes negativas ante el matrimonio, la sexualidad y la paternidad o maternidad de las personas con discapacidad, en especial de las jóvenes y las mujeres con discapacidad, que aún siguen prevaleciendo en la sociedad ( UNITED NATIONS, 2003a ).

En el debate inicial, varios países, entre ellos, Libia, Siria, Qatar, Irán y Arabia Saudita, instaron a sublimar los derechos relacionados con la sexualidad y vincularlos al matrimonio y/o las normas o leyes tradicionales ( UNITED NATIONS, 2004a). Sin embargo, estos delegados no presentaron una oposición uniforme a la mención de la sexualidad; varios sugirieron reformulaciones que incluían el término ( UNITED NATIONS, 2004a). Arabia Saudita, por ejemplo, declaró explícitamente que aceptaba el término pero sólo con la salvedad de la referencia al matrimonio ( UNITED NATIONS, 2004a). Por su parte, la Santa Sede y Yemen se oponían al término con o sin salvedades ( UNITED NATIONS, 2004a, 2004b).

Hubo frecuentes argumentos en el sentido de que estos artículos preliminares, en particular la frase “experimentar su sexualidad”, implicarían la creación de nuevos derechos. La Santa Sede dijo una y otra vez que las expresiones utilizadas en ambos artículos no aparecían en ninguna otra convención, sin reconocer que sí aparecían en las Normas Uniformes no vinculantes ( UNITED NATIONS, 2004b, 2004e). Las ONG aliadas a la Santa Sede apoyaron esta postura. La Society of Catholic Social Scientists y la Pro-Life Family Coalition sostenían que mencionar relaciones sexuales fuera el contexto del matrimonio significaría que la CDPD tomaría “caminos inexplorados y controvertidos” ( UNITED NATIONS, 2004b).

Al igual que en el caso de las negociaciones sobre la salud sexual y reproductiva, la oposición a la Santa Sede tardó en manifestarse. Noruega fue el primer país en reaccionar ( UNITED NATIONS, 2004b), pero la UE, Australia, Brasil, Chile y Nueva Zelanda no expresaron su deseo de mantener por lo menos parte de las expresiones hasta días después en el mismo período de sesiones o hasta el siguiente ( UNITED NATIONS, 2005c, 2006d).

Se propusieron varias soluciones de compromiso. La delegación canadiense reconoció que no “tenía conocimiento de un derecho a la sexualidad per se”, pero expresó inequívocamente que se oponía a las sugerencias de la Santa Sede de excluir las referencias a la sexualidad, como así también a los esfuerzos de “Siria, Qatar, Libia, Arabia Saudita y Yemen de desplazar los términos referidos a la sexualidad mediante referencias al matrimonio o convenciones sociales y religiosas” ( UNITED NATIONS, 2004e). La delegación canadiense sugirió enmarcar los derechos relacionados con la sexualidad en el contexto de la no discriminación, especificando que las PcD tenían el derecho de gozar de ellos “en igualdad de condiciones” ( UNITED NATIONS, 2004f). Varios países apoyaron esta propuesta, entre ellos Costa Rica, Marruecos y Nueva Zelanda ( UNITED NATIONS, 2004e, 2004f). Otros delegados propusieron otras soluciones de compromiso, incluso usar el término “íntimo” en lugar de “sexual”, y “vida sexual” en lugar de “sexualidad”, o mantener parte o algunas de las referencias a la sexualidad pero con la salvedad del matrimonio ( UNITED NATIONS, 2004a). La Santa Sede, Yemen, Siria y Qatar rechazaron estas propuestas.

La reacción de las ONG para lograr mantener las referencias a la sexualidad tampoco fue inmediata. A excepción de los grupos pro-vida, ninguna ONG las mencionó durante el período inicial de comentarios sobre el artículo preliminar ( UNITED NATIONS, 2004b ). Sólo una hizo una referencia explícita a la sexualidad: Disabled Peoples’ International habló de la importancia fundamental de las “relaciones íntimas” ( UNITED NATIONS, 2004e ). Las ONG que no estaban presentes luego presentaron sus comentarios por escrito en apoyo a las referencias a la sexualidad. Una coalición de particulares y organismos de Europa Oriental destacó que las leyes no deben discriminar “a las personas con discapacidad respecto de las relaciones sexuales, el matrimonio y la procreación. Las personas con discapacidad deben estar habilitadas para vivir con sus familias y deben tener el mismo acceso que los demás a los métodos de planificación familiar, como así también a información bien diseñada y accesible sobre sexo y sexualidad” ( UNITED NATIONS, 2004c ). La Red Mundial de Usuarios y Sobrevivientes de la Psiquiatría sostuvo que la Convención debía “abordar este tema [la sexualidad] aunque no fuera un derecho, dado que la privación de esta posibilidad se da en casos de adultos que viven en instituciones” ( UNITED NATIONS, 2004f ).

Los demás aportes por escrito presentados durante el séptimo período de sesiones fueron aún más inequívocos. El Foro de Discapacidad de Japón (Japan Disability Forum) y el Caucus Internacional sobre Discapacidad (International Disability Caucus) explicaron que apoyaban los derechos sexuales articulados debido al prejuicio que siempre existió contra las relaciones sexuales de las PcD y al legado negativo de la eugenesia ( UNITED NATIONS, 2004g). Para ellos, el legado de la eugenesia no significaba que las referencias a la sexualidad fueran una amenaza, sino que articular los derechos sexuales era vital para promover la autonomía y la ciudadanía.

Al igual que en el debate sobre salud sexual y reproductiva, varios países con poblaciones predominantemente musulmanas endurecieron su postura para coincidir con la de la Santa Sede. Nigeria, Qatar y Yemen finalmente instaron a eliminar todo el texto que hacía mención de la sexualidad ( UNITED NATIONS, 2006d). Otros países sugirieron borrar el texto sin explicar por qué, entre ellos, Rusia y China ( UNITED NATIONS, 2006d). Japón recomendó un texto más general para “evitar referencias excesivamente prescriptivas y controvertidas para muchos países”, postura que contó con el apoyo de India ( UNITED NATIONS, 2004h).

Como el debate se alargaba, intervino el presidente del comité. Observando que el término “sexualidad” resultaba particularmente difícil para algunos países, explicó que los delegados no pretendían imponer a las culturas ninguna postura en particular. Luego agregó que quizás fuera la primera vez que se abordaba el tema de las relaciones sexuales en una convención de Naciones Unidas y sugirió apelar al texto de las Normas Uniformes como guía ( UNITED NATIONS, 2005c ). La oposición se mantuvo firme. Citando “las numerosas preocupaciones culturales respecto de la palabra ‘sexualidad’, el presidente la eliminó en el séptimo período de sesiones ( UNITED NATIONS, 2006d ).

Los debates sobre el matrimonio y la vida familiar también incluyeron el tema de la esterilización forzada. Como se observó, como violación del derecho a la integridad física de las PcD, la esterilización forzada era una prioridad ampliamente compartida. A pesar de que el derecho a decidir la cantidad de hijos y el intervalo entre sus nacimientos implicaba el derecho a la protección contra la esterilización forzada, muchos países, entre ellos, Australia, China, Costa Rica, la UE, Kenia, México, Nueva Zelanda, Serbia y Montenegro, Tailandia, Uganda y Estados Unidos, sugirieron que la esterilización forzada fuera mencionada explícitamente en la Convención ( UNITED NATIONS, 2004a). Muchas ONG también abogaron por una referencia directa a la esterilización, incluso prohibiendo las leyes que permiten a los padres someter a sus hijos a una esterilización ( UNITED NATIONS, 2005d, 2006c). Nueva Zelanda propuso una formulación más positiva y menos controvertida, que fue la que finalmente se mantuvo, en el sentido de que las PcD tienen el derecho a “mantener su fertilidad” ( UNITED NATIONS, 2004a).

7 Conclusiones
7.1 Autonomía reproductiva y discapacidad
La falsa distinción entre derechos negativos (protección contra) y derechos positivos (libertad de) no se limita únicamente a los derechos de las personas con discapacidad, pero el contexto de preocupación particular respecto del abuso sexual y medidas eugenésicas sí se da sólo en este caso.

A lo largo de las negociaciones de la Convención, hubo considerable tensión entre los esfuerzos por promover los derechos sexuales y los esfuerzos por proteger a las PcD de la esterilización no deseada. Esto se vio complicado por los reiterados intentos por lograr que se considere al feto un ser con derechos, haciendo que no fuera factible un enfoque de no discriminación respecto de la sexualidad en las personas con discapacidad. La Santa Sede y sus aliados hacían que el debate girara en torno de cómo aplicar las normas existentes de derechos humanos a los fetos con anormalidades, en lugar de cómo aplicar dichas normas a la sexualidad en las personas con discapacidad. Además postulaban que el acceso a los servicios de salud sexual y reproductiva conduciría de algún modo a la privación intencional de agua y alimento a los adultos con discapacidad, o al asesinato de niños recién nacidos con discapacidad. Esta preocupación fue mencionada sólo dos veces en los cientos y cientos de declaraciones de OPcD. Fue un intento intelectualmente fallido, pero algo exitoso, por establecer una pendiente resbaladiza del aborto a la eutanasia de las mismas personas que asistieron a las negociaciones. Como resultado, se mantuvieron las medidas proteccionistas y se eliminaron las afirmaciones de los derechos sexuales. Los silencios discursivos sobre la sexualidad en las personas con discapacidad quedaron reflejados en la expresión oficial más importante del discurso mundial sobre discapacidad.

Al igual que en la descripción que hace Foucault de la Europa del siglo XIX, la Iglesia (la Santa Sede) fue instrumental en la demarcación de los límites de la sexualidad aceptable y en la protección de aquellos que carecen de ‘razón’ de los deseos de sus propios cuerpos. Varios estados se alinearon con la Santa Sede, expresando la necesidad de controlar el “sexo desenfrenado” ( UNITED NATIONS, 2005c) y limitar la autonomía reproductiva.

7.2 Negociación de los derechos sexuales de las PcD
La demora en las respuestas y la falta de una defensa firme de los derechos sexuales indica que las OPcD siguen siendo reticentes a ocuparse del tema de la sexualidad. Asimismo, es probable que no estuvieran preparadas y que no hayan previsto que habría una coalición de organizaciones alineadas con la Santa Sede con una agenda planeada de antemano. De hecho, de los grupos de la sociedad civil presentes en las negociaciones, todas eran OPcD, a excepción de los grupos católicos del derecho a la vida y Save the Children. Los grupos que defienden el derecho a la vida estaban preparados para hacer su trabajo de promoción y defensa desde el momento en que se permitió el debate; las OPcD no.

Una mayor capacidad de defensa y promoción de los derechos sexuales por parte de las OPcD (suponiendo que quisieran esto) facilitaría las deliberaciones futuras acerca del órgano del tratado y otras negociaciones internacionales. Las OPcD ya están trabajando en esta dirección. En noviembre de 2010, el Comité de Naciones Unidas sobre los Derechos Económicos, Sociales y Culturales organizó un día de debate general sobre “el derecho a la salud sexual y reproductiva”. Dos de las 15 presentaciones escritas provenían de OPcD ( UNITED NATIONS, 2010).

Del mismo modo, asegurarse de que las organizaciones de derechos sexuales y reproductivos contribuyan a los debates relacionados con la discapacidad ayudaría a seguir erosionando los tabúes en torno a la sexualidad en las personas con discapacidad. De hecho, una mayor integración de la discapacidad con las actividades de promoción y defensa de los derechos sexuales sería una manifestación importante del propósito de la Convención: asegurar la aplicación de las normas de derechos humanos a las PcD.

Dado que el poder opera de manera difusa, nuestra labor de promoción y defensa también debe provenir de distintas direcciones. Es probable que los derechos sexuales como rúbrica dentro del reclamo por los derechos sigan creciendo, ofreciendo mayores y mejores oportunidades de ir más allá de las concepciones actuales de la ciudadanía sexual para incluir a los cuerpos con discapacidad y todos los demás.


NOTAS
MARTA SCHAAF(1)
Marta Schaaf ha trabajado en salud global en varios países de África Occidental, sur de Asia y Europa Oriental. Está especialmente comprometida con los temas de salud y derechos humanos. Tiene una Maestría en Relaciones Internacionales en la Universidad de Columbia y actualmente está cursando una Maestría en Salud Pública en el Departamento de Ciencias Sociomédicas del Mailman School of Public Health de la Universidad de Columbia.
Email: martaschaaf@gmail.
1. En el presente artículo se usa el término “derecho internacional” para referirse a las declaraciones y convenciones de Naciones Unidas, no a aquéllas asociadas a los sistemas regionales.
2. Las convenciones son vinculantes mientras que las declaraciones no. Sin embargo, las declaraciones representan un consenso y, con el tiempo, pueden ser consideradas vinculantes (como derecho internacional consuetudinario). Asimismo, como en el caso de la CDPD, algunos elementos de las declaraciones pueden convertirse en la base para una convención vinculante.

Video: Vuela sirena

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                       Yes, we fuck

"La medida de la dificultad es la medida de la capacidad". 
(Anónimo sobre la diversidad funcional)

"Nosotros mismos debemos ser el cambio que deseamos ver en el mundo".
 (Mahatma Gandhi)



Guía de buenas prácticas: "Mujeres con discapacidad y sexualidad"

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"A pesar de las dificultades con las que se encuentran las mujeres con discapacidad, no se tratan en profundidad estas tres variables: género, discapacidad y sexualidad. Es necesario apostar por el debate, poner sobre la mesa problemas y soluciones, plantear en común las preocupaciones reales de este colectivo.

La realización de esta guía de recomendaciones parte de la Jornada Mujeres con Discapacidad y sexualidad, realizadas previamente y que han supuesto un punto de arranque, un pequeño inicio hacia la ruptura de los bloqueos que impiden la plenitud sexual en mujeres con discapacidad. 



Campaña: "Porque: ¿quién es perfecto?"

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No es ningún secreto que los cuerpos de plástico que miramos en los escaparates no son verdaderas réplicas físicas de las personas que los miran. Pese a que no existe ninguna razón por la que esto deje de ser así.

La Asociación alemana Pro Infirmis, una organización para personas con discapacidad, creó una serie de maniquíes basados ​​en personas reales con discapacidad física, trabajando con personas como Jasmine Rechsteiner, ganadora de Miss Handicap que tiene malformaciones de la columna vertebral, y Erwin Aljukić, un actor con la enfermedad de los huesos quebradizos. El título del proyecto?"Porque ¿Quién es perfecto? Get Closer".

El proceso fue documentado en un video , que captura la alegría de los modelos que ven sus propias figuras recreadas por primera vez. Los maniquíes fueron colocados en escaparates de las tiendas, en la calle principal del centro de Zúrich, Bahnhofstrasse, en honor al Día Internacional de las Personas con Discapacidad.

"Al ver que hay de verdad es una gran sorpresa", dijo uno de los participantes de vídeo. Y eso es exactamente el punto. Aumentar la conciencia hacia las personas con discapacidad, específicamente en el ámbito de la moda, es una conversación que ya ha comenzado con grupos como Los modelos de la Diversidad, que pretende acercar los modelos de todas las formas, tamaños y colores a las pasarelas de la moda y los medios de comunicación.

Personas como Kelly Knox , ganadora de "Missing Top Model de Gran Bretaña", y Angela Rockwood, quien regresó a su carrera como modelo con una campaña de Nordstrom después de convertirse presentar una tetrapléjia, también han hecho conocer su voz.

Algunas tiendas han incluido la diversidad de los cuerpos, incluidos los que presentan diversidad funcional, en sus anuncios. Nordstrom lo ha estado haciendo desde 1991, mientras que los grandes almacenes británicos Debenhams fueron noticia a principios de este año con un look book primavera de 2013 que contó con una mujer que era con amputaciones.




Video: "Lo que tus ojos no ven". Mujeres, sexualidad y diversidad funcional.

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"Lo que tus ojos no ven" es un documental que aborda la sexualidad de las mujeres con diversidad funcional. 
Los testimonios de tres mujeres con diversidad física, iluminan un tema considerado tabú en una sociedad androcéntrica que establece que dichas mujeres son asexuadas. 

El documental, dirigido por Mati Morata; surgió en un taller de cine documental impartido por Belkis Vega. Ganó el premio RTVA a la creación audiovisual andaluza en la IV muestra de cine y discapacidad de Málaga.






"El enfoque ético del maltrato a las personas con discapacidad intelectual y del desarrollo".

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Cuadernos Deusto de Derechos Humanos; Bilbao 2013

Xabier Etxeberria, Universidad de Deusto
Marije Goikoetxea, Universidad de Deusto
Natxo Martínez, Universidad de Deusto
Tania Pereda, Gorabide
Asun Jauregi, Fundación Goyeneche
Jimmy Brosa, Gautena
Gerardo Posada, ANFAS
Valeria García-Landarte, FEVAS


Un documento que puede sernos de gran utilidad, en el marco ético-legal; referido a las personas con diversidad intelectual. 

Como sabemos, la sexualidad de este colectivo puntual de personas, genera aún más "dudas" e inquietudes; desde el supuesto de la "incapacidad jurídica", basado en la "incapacidad de comprensión" (y sentimientos?).

Un material sustentado en la DIGNIDAD de TODAS las personas, que hace mención a la esfera sexual, mencionando -por ejemplo- que la falta de vivencia sexual, es una "Variaciones del maltrato según el daño causado a la persona maltratada".




Trailer del Corto: "Bésame mucho"

ASISTENCIA SEXUAL: Échame una mano

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Fuente:Un reportaje de Rebeca Hortigüela publicado en el Nº 1951; de la revista Interviú de fecha 16 de setiembre de 2013.
A través de: Minusval2000.com

Soledad Arnau
Los discapacitados reclaman la legalización de expertos que les ayuden a vivir su sexualidad. No se consideran discapacitados ni minusválidos. Tampoco quieren diferencias entre "ellos y nosotros". Son personas con diversidad funcional que apuestan por una vida independiente. Y por esa independencia hacen pública la necesidad de legalizar la figura de un asistente sexual que les ayude a conocerse y a descubrir las necesidades que a muchos les es imposible satisfacer.

"Nosotros no tenemos la facilidad de ir a un bar, tomar una copa y ligar. Por desgracia los cánones de belleza son los que son y nosotros no estamos dentro del prototipo de buenos amantes", cuenta Soledad Arnau. Utiliza silla de ruedas desde que nació, pero eso no le impide llevar una vida completamente independiente y valerse por sí misma. Antes vivía con sus padres, después en una residencia en la que "reconocerse como una persona que puede hacer una vida normal era tarea difícil".

Ahora reside en una habitación de un colegio mayor en la Plaza de Castilla (Madrid) muy bien adaptado y lucha por los derechos humanos en sexualidad y reproducción, además de ser becaria e investigadora en el departamento de filosofía de la UNED.

Debido a la vida tan activa que Soledad ha decidido llevar, dispone de cien horas semanales de asistentes personales que le ayudan a comer, cenar, maquillarse, ir al baño y dormir, pero... ¿qué pasa con el sexo?

Este es el debate incipiente en España, que ha llegado de la mano de Silvina Peiranoy la organización Sex Asistent Cataluña, con la que Soledad colabora. Reivindican la necesidad de legislar esta figura como una opción sexual y piden que las necesidades afectivas y sexuales de este colectivo dejen de ser un tabú.

En países como Dinamarca, Holanda, Suiza, Bélgica o Alemania la asistencia sexual se considera un servicio de salud y como tal está subvencionado desde hace más de veinte años. En Francia el debate lleva abierto mucho tiempo pero las diferencias de opiniones entre los colectivos de discapacitados, feministas y conservadores impiden avanzar en el asunto. Aquí no ha hecho nada más que empezar.

"La sexualidad es un rasgo vital de identidad y privar a las personas de su biografía sexual es quitarle parte de su personalidad", afirma Silvina Peirano desde Argentina. Empezó a investigar la función de esta figura cuando todavía vivía en su país natal, pero lo abandonó porque lo veía inviable en la Argentina de entonces. Cuando se instaló en Barcelona, donde ha vivido diez años, se dijo a ella misma: "Este es el momento".

MIRAR HACIA OTRO LADO
De ahí surgió Sex Asistent, que argumenta a este respecto que"una persona con discapacidad física grave o amputaciones, que no puede tocar sus genitales con independencia, es bañado, cambiado de ropa y alimentado, pero si tiene una erección, sus cuidadores miran hacia otro lado".

En numerosas ocasiones son los padres los que se ven como la única alternativa para ayudar a aliviar las necesidades sexuales de sus hijos, con las graves consecuencias que esto puede acarrear para ambos.

Por eso, el colectivo de discapacitados reivindica la necesidad de distinguir entre asistencia personal y asistencia sexual. Ambas igualmente dignas de ser regularizadas y legisladas.

Montse Neiraes precursora en este debate, ya que desde 1989 es una de las pocas prostitutas en España que ha atendido a clientes discapacitados. Reconoce que en muchos casos son los padres del cliente quienes han solicitado sus servicios. "El verdadero problema viene de muchas familias que no entienden que sus hijos o hijas tienen estas necesidades y tratan el tema de la sexualidad, la masturbación y los juegos sexuales desde un punto de vista negativo. Como si fuera malo querer descubrirse a sí mismo o tener curiosidad por saber lo que se siente", se sincera Montse.

Es en este punto en el que coinciden la mayor parte de las personas que padecen un alto porcentaje de discapacidad. Si desde que son niños tratan el tema de la sexualidad como un tabú, creen que el sexo no es para ellos y toman conciencia de que ese mundo de placeres nunca lo podrán disfrutar. "Lo anulas, lo evitas. Creces pensando que esto del sexo es para otros, para ellos", reconoce Rafael Reoyo, discapacitado y coordinador de Sex Asistent en Barcelona. De ahí la necesidad de formación tanto para los asistentes como para los discapacitados. Los asistentes tienen que ser educados siempre desde el punto de vista de los derechos humanos, la discapacidad y la sexualidad. Tienen que saber cómo estimular a clientes que no tienen sensibilidad genital con caricias y besos en otros puntos erógenos y entender qué es lo que quiere alguien, por ejemplo con parálisis cerebral, que no puede hablar.

"Las mayores dificultades que me he encontrado han sido con pacientes que no pueden expresar qué es lo que necesitan. Llaman sus padres o familiares para contratar mis servicios, pero una vez en la cama no sabes por dónde tienes que empezar, ni cómo les puedes estimular", cuenta Montse Neira a interviú.
Montse Neira

Ella fue autodidacta, nadie la enseñó cómo tenía que enfrentarse a ese tipo de situaciones. La experiencia y el trato con los clientes han sido la clave de su éxito con este colectivo. Empezó en 1989 en casas de citas con otras compañeras, pero ella nunca estableció diferencia entre discapacitados y no discapacitados. "Tenía compañeras que se negaban. Les daba asco porque tenían otro aspecto, otras limitaciones", continúa Montse. "Yo desde el principio tuve relaciones con este tipo de clientes y seguiré teniéndolas".

FORMACIÓN OBLIGATORIA
Hasta ahora, la única alternativa para las personas con diversidad funcional había sido la prostitución, pero el nuevo planteamiento rechaza a las profesionales del sexo para institucionalizar una nueva figura autogestionada, formada y regulada que realice acompañamientos eróticos, sensuales y sexuales.

"El ritmo es más lento y a veces se necesitan varias sesiones o citas previas a un acercamiento corporal", explica Soledad. Hablar y coger confianza antes de cualquier contacto sexual es una máxima para algunos. Otros, simplemente necesitan acariciar y ser tocados, contacto corporal o disfrutar de un masaje. Y otros muchos prefieren directamente el placer de la penetración, los juegos eróticos o la excitación sexual. También se podría acudir a un asistente para que te facilite tener relaciones sexuales con tu pareja si no puedes lograrlo sin ayuda.

"Por eso es importante que los asistentes estén formados y el discapacitado tome la iniciativa de la cita en todo momento. Nosotros elegimos el qué, dónde, el cuándo, el cómo y el por qué", afirma Rafael Reoyo. "Esta es la gran diferencia entre la asistencia y la prostitución. Muchas casas de citas y prostíbulos llevan haciendo esto mucho tiempo, pero vete a saber cómo lo hacen", sigue Rafa.
M.S.C. y Rafael Reoyo

M.S.C. no quiere dar a conocer su identidad. Tiene 56 años y es terapeuta, pero de joven trabajó como prostituta en Holanda y en España. Conoció a Rafael Reoyo en unas jornadas de "sexualidad, diversidad funcional y la figura del asistente sexual", organizadas en Barcelona por la Asociación de Parapléjicos y Grandes discapacitados físicos de Cataluña. En estas charlas se presentaba al asistente sexual como un acompañamiento destinado a hombres, mujeres o parejas con algún tipo de diversidad funcional, mayores de edad, que independientemente de su género o elección sexual deciden optar por esta posibilidad.

En estas jornadas vio la posibilidad de unir los dos campos en los que ha trabajado, la terapia y el sexo. "Si la sociedad fuera realmente humana, estas personas no tendrían que recurrir a un asistente para tener sexo, pero como vivimos de manera tan cruel, la legalización de esta figura es necesaria porque se sienten constantemente rechazados", cuenta.

"Además, el contacto humano y sentirnos queridos cura más que cualquier medicina. El sexo es lo que menos importa. Prevalece la caricia, el afecto, el cariño, que no se sientan juzgados", afirma desde la experiencia que tuvo con personas discapacitadas cuando era prostituta.

EXCLUSIÓN ECONÓMICA
A las necesidades afectivas y sexuales, se suman las necesidades económicas a las que están atadas las personas con diversidad funcional. "Si no accedemos al mercado laboral debido a nuestra discapacidad, tenemos una pensión no contributiva de 300 euros al mes. Vivimos al borde de la exclusión", se indigna Rafael Reoyo. "Se nos considera a las personas discapacitadas como niños eternos y debemos acabar con ese prejuicio".

Silvina está de acuerdo con Rafael: "El derecho a la sexualidad de las personas con diversidad funcional ha sido encubierto de mitos y tabúes, de ángeles y demonios, de pecados y delitos. Es tiempo de protagonizar el cambio, aun a riesgo de errores o críticas. La sexualidad es una condición de vida, y no de supervivencia. Cualquier día el discapacitado puedes ser tú", concluye.

"Ellos y nosotros somos iguales. Puede que estas personas tengan problemas físicos, pero todos estamos tocados interiormente", finaliza M.S.C, haciendo referencia a un poema de Enric Casasses: "La gente me pregunta por qué voy con jorobados, por qué voy con tullidos y yo contesto: porque mi alma también está así".

ENLACES:
Blog SEX Asistent


Libro: "Subjetividad, Disidencia y Discapacidad. Prácticas de Acompañamiento Social".

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Autor: Jordi Planella Ribera
Editado por:Fundación ONCE para la Cooperación e Integración Social de las personas con discapacidad (2006).


RESUMEN

La consideración de la discapacidad como fenómeno social y cultural, por tanto como objeto de estudio e intervención multidisciplinar, supone necesariamente su observación desde múltiples ángulos. Esta perspectiva se hace particularmente interesante cuando se aplican instrumentos metodológicos originales, propios de las Ciencias Sociales, como es el caso del estudio que presenta Jordi Planella Ribera, profesor de la Universitat Oberta de Catalunya, experto en educación social. 
En efecto, el análisis de la discapacidad se ha abordado de forma sectorial en diferentes contextos: histórico, jurídico, sociológico, educativo, filosófico, psicológico, etc., pero los evidentes avances en el conocimiento de la discapacidad no han evitado que las mentalidades sociales (ámbitos académicos incluidos) estén todavía impregnadas de paternalismo. 

En cambio, Jordi Planella articula su estudio en función de tres conceptos básicos: discapacidad, subjetividad, y disidencia, ya que su propuesta esencial es la de ejercer la disidencia, una vez analizado con rigor implacable el concepto de discapacidad, que queda así absolutamente desprovisto de las adherencias históricas, sociales y culturales que lo enmascaran. 

El primer capítulo del libro traza la evolución histórica del concepto de discapacidad, pero sin recurrir para nada al historicismo más rancio y vacuo; al contrario, plantea un estudio genealógico, entendiendo por tal la fijación de lo que podría denominarse el linaje o afiliación históricos de la diferencia como cualidad. El capítulo se cierra con una certera crítica a los modelos dominantes. En los siguientes capítulos se analizan aspectos clave, como la estigmatización de los cuerpos discapacitados, la concepción social y las teorías de la discapacidad, o la intervención social y educativa con personas con discapacidad. La segunda parte del libro se centra en describir las distintas dimensiones del sujeto con discapacidad, y los aspectos transculturales del acompañamiento de la discapacidad, es decir, las dedicaciones profesionales que tratan de incidir en ella. En los últimos capítulos se plantea, como conclusión, o, más bien, como propuesta de reflexión, cuál podría ser la articulación de subjetividad y disidencia, y de qué manera el ejercicio responsable de la disidencia puede cambiar cualitativamente el marco social de la discapacidad.


Curso: Orientador/ra en sexualidad y diversidad funcional #discapacidad

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DOCENTES
Lic. María Elena Villa Abrille (CV)                 Prof. Silvina Peirano (CV)
  Psicóloga. Sexologa clínica.         Prof. educación especial.
                   Especialista en diversidad funcional                  Orientadora sexual en diversidad funcional.   
                   Web: Sexualidad&discapacidad                               Creadora de:
                                                                 “Mitología de la sexualidad especial”
                                                                       ”SEX Asistent”



INFORMACIÓN GENERAL
Días de encuentro: 
Jueves 20, Viernes 21 y Sábado 22 de marzo de 2014
Horario: De 10:00 a 18:00 Hs

Lugar:Avda. Santa Fe 2274 Piso 10 Dpto “D”  Barrio Norte - C.A.B.A - Argentina
Tels:(0054-011) 4821- 5595 4901- 4783 - (0054-911) 
113-1653984/ 15-53125600
Correo de contacto:mitologiaespecial@hotmail.com



RESPALDAN
SASH(Sociedad Argentina de sexualidad humana)
InpaSex(Instituto Paulista de sexualidad)
ASDRA(Asociación síndrome de Down Argentina)
AAASH (Asociación Argentina de Sexualidad Humana)Lic. Ma. Luisa Lerer




Video: Buscando sustitutos sexuales.

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Fuente: The New York Thimes
STEFANIA ROUSSELLE
04 de julio 2013


En Francia, no es legal la figura del/la asistente sexual (sustitutos sexuales); para personas con diversidad funcional. En marzo de 2013, "un comité de ética", prohibió dicha figura. 
Sin embargo, gran parte de la sociedad francesa levanta la voz a favor de un debate que ha tomado las calles. 

(Video en idioma original; subtitulado en inglés)





“Una persona con discapacidad es generalmente vista igual que a un niño. Inevitablemente, niño y sexo no van de la mano”, explica Laetitia Rebord, de 31 años, confinada a una silla de ruedas. La mujer, oriunda de Grenoble, Francia, es virgen, y alega que su restricción motriz le ha impedido tener una vida sexual activa. Rebord asegura que, más allá de sufrir parálisis de gran parte de su cuerpo, tiene sensaciones físicas agudas, pero que no ha logrado explorarlas ni con amigos ni con amigos de amigos.

Rebord alega que está dispuesta a pagar por sexo en otros países como Suiza o Alemania, dado que en Francia – como en casi todo el mundo – la prostitución es ilegal, aún en casos como estos. Aparentemente, gran parte del mundo aún no está preparado para ofrecer satisfacción sexual a personas con limitaciones motrices. Lo complejo es que en Francia tampoco es legal que exista un intermediario que consiga “sustitutos” sexuales para las personas que no pueden proveerselos por su cuenta.


En Marzo de este año, el Comité Nacional de Ética francés aconsejó al gobierno que no legalice ni la existencia de acompañantes sexuales ni de intermediarios, considerando que son “usos poco éticos del cuerpo humano con propósitos comerciales”. Las autoridades convalidaron que la asistencia sexual para personas con discapacidad es una forma de prostitución. Sin embargo, a partir de la película norteamericana “The Sessions” (2012), que plantea el despertar sexual de un hombre discapacitado, legisladores franceses volvieron a plantear el tema.



“La asistencia sexual se trata de permitirle a las personas con discapacidad que reconecten con sus cuerpos, alcanzando la satisfacción a través del acceso a la sexualidad”, comentó Pascale Ribes, fundadora del grupo Disabilidades y Sexualidades. Francia cuenta con 1,8 millones de personas con limitaciones, y varios grupos pelean porque esas personas puedan acceder a los servicios sexuales de los así llamados “sustitutos”.

Existen quienes ofrecen estos servicios ilegalmente, como Aminata Gregory, una holandesa de 66 años que se entrenó como terapeuta sexual en Suiza y que ofrece su cuerpo y saberes a hombres con discapacidad, para que se satisfagan. “Comienzo desvistiéndome sobre la silla de ruedas, para que sientan que es un juego”.
“Durante las sesiones, puedo ser amiga, amante, lo que ellos necesiten”, cuenta Gregory. “Ellos sueñan, hablan y piden, y yo les doy lo que puedo”. Lo que la mujer ofrece no es sólo sexo, sino la posibilidad de que el otro sienta que es parte de una relación normal, donde se habla y se juega.

France Keyser for The New York Times
En Suiza existe desde 2008 un programa de entrenamiento en asistencia sexual, creado por Catherine Agthe Diserens, una educadora que se rodeó de ex prostitutas. Brinda clases sobre discapacidad, sobre oferta sexual y sobre manejos del cuerpo. “Ofrecemos un entrenamiento atípico, que requiere preparación e intensidad”.

En Francia cada vez son más las personas que discapacidad que reclaman su derecho a la asistencia sexual, como modo de superar sus inhibiciones y de ganar confianza en sí mismos. Como Marcel Nuss, autor del libro “Quiero hacer el amor”, donde defiende la compañía de escorts para satisfacer sus necesidades sexuales, más allá de depender de un respirador. “Yo no puedo hacer nada solo. El sexo ayuda a las personas con discapacidad a reencarnar y a redescubrir su aspecto humano”.

Tanto él como Rebord creen que a la larga Francia cederá sobre los “sustituos” sexuales, aunque ambos ruegan que sea pronto, para gozar abiertamente de las posibilidades que sus cuerpos les dan.

Artículo original: The New York Times
Traducción: Buen diario


Película: "ARCILLA"

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Foto: C'est désormais officiel !  "Argile" de Michaël Guerraz, co-écrit par Olivier Dreux, fait partie de la sélection officielle de My French Film Festival 2014 organisé par Unifrance films qui se tiendra du 17 janvier au 17 février 2014 !  Pour toutes informations :  http://www.myfrenchfilmfestival.com/fr/
Dirigida por: Michaël Guerraz
Guionista:Olivier Dreux, Michaël Guerraz
Con: Édith Scob, Laurent Delbecque
Género: Ficción
Duración: 18m 30s
Año de producción: 2012

Sinopsis:
Alex posa como modelo. Una señora mayor esculpe. Una situación normal, si no fuera porque la señora en cuestión es ciega y solo puede "ver" con sus manos. Unas manos arrugadas que posa sobre el cuerpo desnudo del joven modelo. Alex va a experimentar una sesión como modelo fuera de lo común.







Video: "La chica salvaje"

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Fuente: The Pills
Italia, 2014

"Una chica Salvaje" (The wild girl) es el título del episodio protagonizado por Luca Vecchi, Luigi Di Capua y Matteo Corradini sentados alrededor de una mesa para comentar la noche salvaje que acaban de vivir. 

Louis conoció a una chica la noche anterior, una "chica un poco salvaje ", de hecho . Ahora está enamorado, no hay nada que hacer. Lo que realmente no recuerda, es que ella tiene síndrome de Down. 
(Video en idioma original)



ENLACES
The Pills: Facebook  Twitter



Material sobre sexualidad en personas con autismo.

Película: "Los depravados".

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Fuente:Web presentación del proyecto.
Largometraje de Philippe Barassat; Francia (2013)

les_depraves.jpgSINOPSIS
Para pagar la educación de su novia Lucy (Valentine Catzeflis) y su apartamento; Aldo (Jérémie Elkaïm) complementa su profesión de enfermería, con la de asistente sexual para  personas con discapacidades severas. 
Aldo se sumerge, a espaldas de Lucy; en experiencias sexuales extrañas que lo transformarán gradualmente y, contra todo pronóstico, se sentirá más que reacio: excitado.

Parapléjicos, amputados, discapacitados motores y mentales, quemados, gravemente enfermos; transitan por la vida de Aldo, cuando la bella Lucía no está invadiendo su mundo y teniéndole a las que él sin medir todas las consecuencias. 
Presa de la creciente demanda de sus clientes, Aldo finalmente se deja devorar por la situación y todas las identidades entran en juego.

Una película que aborda la asistencia sexual para personas con diversidad funcional, prohibida en Francia; pese al apoyo y participación de las asociaciones y personas que forman del colectivo.


Dice Philippe Barassat; su director: "trato de pintar un cuadro de amor monstruoso, desconocido, extraño. 
Siempre he estado fascinado por el antiguo mito de Cupido y sus flechas. La flecha llega a nosotros para que entendamos el mundo de otra manera. El deseo es siempre una revolución. Esta es la revolución que yo trato de pintar cada vez de manera diferente dependiendo de la situación, los personajes o la naturaleza.

Porque el amor es "un pájaro rebelde que nadie puede domar, un niño gitano que nunca ha conocido ninguna ley" , el amor nos lleva a donde quiera, y con frecuencia en la dirección que no habría que ir. A menudo estamos refractario y nos resistimos a no tomar el camino que nos resulta demasiado extraño, demasiado difícil, demasiado peligroso, demasiado lejos de los caminos trillados. 

En estas historias hay siempre hay un conflicto entre lo que nos lleva al amor, que es único, íntimo, primitivo, y hacia dónde nos dirigimos, que es social, compartido y habitual. Desde este punto de vista el amor es una cosa monstruosa, sin forma, sin nombre, es decir, que no se puede explicar. Una cosa que también es deliciosa y aterradora, tan atractiva como repulsiva.

Esto es de alguna manera mi forma de ver esta película, Aldo presa de monstruos, un joven Aldo hermoso; bien intencionado, enamorado de una joven mujer perfecta, hermosa, joven, cariñoso y tierno, y enamorado de seres que lo atraen y son deformes, aunque él no quiere.

Tengo la intención de valerme de personas con discapacidades reales, y no de actores. Quiero filmar lo que no mostramos del cuerpo y que nos hace sentir miedo, que nos perturba y nos atrae. Para esto necesito mostrar la verdad desnuda, su propia lógica o biológica con sus procedimientos específicos, y respetar la poesía que surge; en lugar de tratar de imitarla.
Es de esta manera que voy a ser capaz de revertir el proceso y hacer de esta comedia de situación mundial algo no artificial, y de los "monstruos" personas más reales y humanas. 

La humanidad, no es, a nuestro juicio, el estereotipo angelical que la mayoría de los medios nos quieren hacer creer. 
Son a estos monstruos, a estos depravados que tenemos el deseo de filmar y mostrar como un espejo de nosotros mismos ...."





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