Déjame tocarte con mis palabras.
Ya que mis manos yacen inertes
como guantes vacíos.
Deja que mis palabras golpeen tu pelo,
se deslicen por tu espalda y cosquilleen tu vientre.
Ya que mis manos, ligeras y libres como ladrillos,
ignoran mis anhelos y rehúsan obstinadamente
llevar a cabo mis deseos más silenciosos.
Deja que mis palabras entren en tu mente
llevando antorchas.
Admítelas voluntariamente en tu ser.
Para que ellas puedan acariciarte
suavemente desde dentro.

Mark O'Brien sufrió la poliomielitis en su infancia y vivió postrado en una cama y dependiendo la mayor parte del día de un respirador artificial.
La propuesta profesional de tener que escribir un nuevo artículo sobre el sexo en las personas con discapacidad, le llevaría a conocer a una terapeuta sexual en la que Mark verá, al fin, su oportunidad para descubrir su sexualidad.
Les dejamos aquí fragmentos de su texto "Al ver a un sustituto sexual", que consideramos de imprescindible lectura para acceder a una mirada más amplia y fundamentada respecto a la asistencia o acompañamiento sexual a personas con diversidad funcional.